Día 4 (20/11/2021) - Cheverny ➞ Amboise ➞ Chenonceau
Cheverny
Habíamos hecho noche muy cerca de la primera visita que teníamos para hoy, de modo que no tuvimos que madrugar demasiado. Como el día anterior, por la mañana teníamos pensado visitar uno de los castillos más importantes del Valle del Loira, dejando para la tarde la visita a una ciudad. Desayunamos y movimos la autocaravana para dejarla en el parking del castillo de Cheverny. Solo tuvimos que pasear por un par de calles para llegar a nuestro destino. Por el camino pudimos ver que Cheverny es un tranquilo y bonito pueblo, con casas de máximo dos pisos de altura y con una pequeña iglesia.
Cheverny
Castillo de Cheverny
El castillo de Cheverny solo es posible verlo por fuera pagando entrada. De todos modos, este era uno de los castillos que teníamos marcado en rojo en nuestro recorrido. Pasamos por las taquillas y pagamos en total 27€ para poder acceder. Nada más acceder pudimos ver el castillo y no pudimos evitar empezar a sacar fotos. Justo detrás de donde estábamos sacando nuestras instantáneas, había la estatua de un gran perro y a Liam le llamó mucho la atención. No tuvimos más remedio que acercarnos hasta la estatua para que Liam jugase unos minutos y sacarnos un par de fotos.
Castillo de Cheverny
Castillo de Cheverny
El castillo de Cheverny es conocido porque sirvió como inspiración para ser el castillo de Moulinsart, la residencia del capitán Haddock en la ficción de las aventuras de Tintín. El castillo de Cheverny es un palacete rural de estilo renacentista. El edificio fue construido durante el siglo XVII y pertenece a los descendientes de la familia Hurault. Como otros que estábamos visitando estos días, el castillo de Cheverny fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
Antes de entrar pudimos pasar junto a unos arbustos con decoraciones navideñas. Nada más entrar pudimos ver que no era un simple detalle, prácticamente todo el interior estaba decorada de Navidad. La ruta para recorrer el interior del edifico está marcada y delimitada para pasar por todas las salas y no perderse nada. La primera sala que pudimos ver al entrar fue una habitación alargada con una gran mesa. No se podía entrar en la sala, pero desde la puerta pudimos ver que era una mesa de comedor llena de platos, copas, cubiertos y decorada con detalles navideños.
Castillo de Cheverny
Seguimos paseando por el interior del castillo, pasando sala por sala, aunque no se podía entrar en casi ninguna de ellas. La mayoría tenían una cinta en la puerta prohibiendo la entrada. Algunas de ellas no solo estaban decoradas de Navidad, sino que había otros decorados muy pintorescos, como unas grandes figuras de gatos, soldaditos de plomo o perros hechos con piezas de Lego.
Castillo de Cheverny
Castillo de Cheverny
Las habitaciones eran muy bonitas y estábamos seguros que el interior de este castillo iba a ser muy diferente al resto. Subimos al segundo piso donde estaban los dormitorios y al tercero donde había un pequeño altar. Durante el recorrido también pudimos ver dos maquetas del edificio. En los diferentes dormitorios y demás habitaciones vimos árboles de navidad, figuras de Papa Noel, trineos y otros detalles navideños.
Castillo de Cheverny
Castillo de Cheverny
En general el interior del castillo de Cheverny nos gustó mucho a la vez que nos había sorprendido. Desde los pisos superiores habíamos visto parte de los jardines, y una vez recorrido todo el interior nos dispusimos a disfrutar del exterior. Observamos que la fachada trasera era similar a la frontal antes de adentrarnos en los jardines.
Castillo de Cheverny
Los jardines son muy extensos y la parte que está justo detrás del castillo es la primera que recorrimos. Pasamos por una zona con pequeños arbustos y una fuente en medio, también había algunas estatuas. Siguiendo el camino llegamos a un pequeño edificio que por lo que pudimos ver hacía las funciones de bar, pero que en esta época del año estaba cerrada. Lo que más nos llamó la atención, son las figuras de tazas gigantes y de colores repartidas por el jardín frente a este edificio.
Castillo de Cheverny
Castillo de Cheverny
Siguiendo un camino lateral llegamos a uno de los puntos más divertidos de la visita. Llegamos a un laberinto donde Liam se lo pasó genial. Jugamos un rato los tres persiguiéndonos y escondiéndonos por el interior del laberinto hasta que llegamos a la salida. No es muy difícil encontrar la salida y viendo lo bien que se lo pasó Liam, es una experiencia que recomendamos si viajas con niños, y sin niños también. Continuando por el mismo camino llegamos a una zona donde se cultivan diferentes tipos de plantas y desde donde había una buena vista del castillo.
Castillo de Cheverny - Laberinto
Castillo de Cheverny
Desde aquí se podía volver a la entrada, pero decidimos desviarnos para llegar a un pequeño estanque. Aquí encontramos varios cisnes y patos que a Liam le gustaron mucho y se entretuvo un buen rato llamándolos. Dimos una vuelta completa al estanque y al llegar al otro extremo encontramos unas curiosas esculturas, todas ellas hacían referencia al amor.
Castillo de Cheverny - Estanque
Castillo de Cheverny
Volviendo a la entrada encontramos un marco que servía para sacar una genial foto del castillo. No dejamos pasar la oportunidad y sacamos unas cuantas instantáneas. Antes de abandonar por completo el recinto, nos acercamos hasta un edificio que hay junto a las taquillas y descubrimos un huerto y la perrera. Otro lugar que llamó mucho la atención de Liam y que recomendamos si viajas con niños. Hay un montón de perros que son cruce de Foxhound inglés y Poitevins francés, muy utilizados para la caza. Nos costó unos minutos poder llevarnos a Liam, ya que él quería seguir viendo a los perros. Abandonando el recinto volvimos a ver el castillo de fondo y decoraciones navideñas colgando de un árbol. Habíamos pasado toda la mañana recorriendo el castillo de Cheverny, así que al volver a la autocaravana hicimos la comida y descansamos un rato.
Castillo de Cheverny
Castillo de Cheverny
Amboise
Después de comer y descansar en Cheverny, nos pusimos en dirección a nuestro próximo destino. Llegamos a Amboise cuando todavía quedaban unos minutos de luz. Tuvimos que dejar la autocaravana a las afueras y caminar bastante para llegar al centro. Pasamos junto castillo de Clos-Lucé, donde vivió sus últimos tres años de vida Leonardo da Vinci. Aunque todavía era de día el museo ya estaba cerrando y no tuvimos ocasión de entrar. Después recorrimos la rue Víctor Hugo hasta que llegamos finalmente al castillo de Amboise.
Castillo de Amboise
Debido a la hora tampoco era posible entrar en este otro castillo, así que tuvimos que contentarnos con verlo desde fuera. Como se encuentra rodeado de casas y otros edificios, el exterior del castillo no puede verse al completo. El lateral que pudimos ver del edificio nos pareció más una fortaleza que un castillo como los que habíamos visto por la mañana o el día anterior. Frente al castillo, había un conjunto de casas que nos recordaron a otras que estábamos viendo estos días, como la de Juana de Arco en Orleans, en la fachada se podían ver tablones de madera incrustados.
Castillo de Amboise
Amboise
Viendo la hora que era y que no era posible hacer más visitas decidimos entrar en una cafetería. Tomamos un eclair de chocolate, un poco de pastel y dos cafés. Las pastas estaban muy buenas, pero pagamos en total 9,8€, algo que nos pareció un poco caro.
Chenonceau
Íbamos muy bien de tiempo, así que decidimos pasar la noche junto a la primera visita del día siguiente. Nos desplazamos unos 20 minutos para llegar al parking del castillo de Chenonceau. En este lugar se podía hacer noche, aunque estaba junto a una vía de tren y a primera hora ya circulaba alguno. Hoy pudimos pasar tiempo en familia los tres dentro de la autocaravana, no era demasiado tarde y no había nada que hacer en el exterior. Preparamos tranquilamente la cena y nos fuimos a dormir para prepararnos para las visitas del día siguiente.
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