Día 3 (13/07/2021) - Calheta ➞ Ponta do Pargo ➞ Paul do Mar ➞ Ponta do Sol
Funchal
Despertamos en nuestro apartamento y hoy fuimos a desayunar al bar Grao do Farinha que se encontraba a pocos metros. Pedimos dos cafés con leche, o chinesa como los llaman aquí, un agua, tres bolo do caco misto, es decir con jamón york y queso, y un pastéis de nata. Mientras desayunábamos estuvimos mirando el tiempo en varias zonas de la isla y decidimos que lo mejor era visitar la zona sur de Madeira. Pagamos un total de 7,45€ por nuestro desayuno y fuimos al apartamento a buscar las mochilas para empezar con las visitas de hoy.
Calheta
El primer lugar al que nos dirigimos fue a la playa de Calheta. Tardamos unos 45 minutos en llegar desde el apartamento. Queríamos ir pronto a la playa para no estar allí en las horas puntas de sol. No llevábamos sombrilla y con Liam preferíamos ir a unas horas donde el sol no aprieta tanto. Llegamos y tuvimos suerte de encontrar parking justo enfrente de la playa, aunque tuvimos que pagar 2€ al ser zona azul.
La mayoría de playas de Madeira son de rocas y piedras. En cambio, en Calheta y en Machico están las únicas dos playas de arena. Esto se debe a que trajeron arena de otros lugares para crear estas dos playas artificiales. A nosotros ya nos venía bien, ya que, las playas de piedras no nos gustan demasiado y con Liam es complicado ir a una de ellas. Además, la playa de Calheta no estaba demasiado llena y pudimos poner nuestras toallas cerca del agua sin problemas. Pasamos una mañana muy divertida disfrutando de la playa y refrescándonos en el agua. Además, había un espigón que protegía la playa y no había olas, con lo que Liam se lo paso en grande.
Calheta
Calheta
Cuando llegó el mediodía recogimos nuestras cosas y fuimos a buscar un lugar donde comer. Teníamos claro que teníamos que alejarnos de la playa para encontrar un restaurante económico y volvimos al coche para movernos. Buscando en internet vimos algunas recomendaciones y acabamos por ir al restaurante A Pedreira que está a las afueras del pueblo. Pedimos una ración de lapas de primero y de segundo pedimos costillas de cerdo y un picado madeirense de pollo. Compartimos los tres platos entre los tres y sobró comida, las guarniciones son muy grandes. Estaba todo muy bueno, sobre todo nos sorprendió el picado madeirense. Con las bebidas pagamos un total de 23,9€, con lo que fue un acierto alejarnos de la playa para buscar donde comer.
A Pedreira – Picado madeirense de pollo
A Pedreira – Costillas de cerdo
Ponta do Pargo
El sol apretaba bastante y decidimos irnos hasta el extremo más al oeste siguiendo la carretera del sur de la isla. De este modo perdíamos las horas donde el sol todavía apretaba en el trayecto más largo que nos quedaba. Además, Liam se quedó dormido al poco de subir al coche y así aprovechábamos para que durmiese la siesta sin problema. Había cerca de media hora para llegar hasta la Ponta do Pargo. Antes de llegar al faro vimos que había un mirador y nos detuvimos para sacar algunas fotos. Desde aquí pudimos ver, como el día anterior, que la costa de Madeira está llena de acantilados y las vistas son impresionantes.
Ponta do Pargo
Continuamos el camino para llegar al faro en unos pocos minutos. Desde aquí continuamos viendo el perfil de la costa madeirense. Los acantilados de esta isla son espectaculares y se pueden ver desde una gran cantidad de miradores. Dimos una vuelta por la zona para disfrutar de las vistas y ver el faro que hay en este extremo de la isla. Estábamos en el punto más al oeste de Madeira. Pasamos unos minutos, quedándonos uno de nosotros en el coche porque Liam seguía durmiendo, hasta que decidimos continuar con las visitas del día.
Ponta do Pargo
Ponta do Pargo - Faro
Paul do Mar
Empezamos a deshacer el camino que habíamos hecho durante el día de hoy. Nuestra siguiente parada era para ver el pueblo de Paul do Mar. Antes de llegar vimos una señal que indicaba un mirador y no pudimos resistirnos. Llegamos y nos sorprendió ver que en este otro remoto lugar había una barbacoa, junto con unas pocas mesas con bancos. Las vistas desde este lugar eran magníficas, se veía todo el pueblo que íbamos a visitar en los próximos minutos y la silueta de su costa.
Mirador de Paul do Mar
Llegamos a este pueblo y fuimos directos al casco histórico, pero descubrimos que era zona peatonal y no había parking. Tuvimos que volver atrás para aparcar cerca de la carretera. Sin quererlo aparcamos cerca de la iglesia que nos impresionó por varios motivos. Por un lado, nos pareció una iglesia muy grande para un pueblo tan pequeño, y por otro, porque nos pareció que no estaba muy cuidada.
Paul do Mar - Iglesia
A continuación, empezamos a pasear por las estrechas calles del casco histórico de Paul do Mar. Estas calles eran muy bonitas y el suelo estaba hecho con piedrecitas que iban haciendo dibujos y también ponía el nombre de la calle. Perdimos unos buenos minutos recorriendo la calle principal que iba desde la iglesia hasta el puerto. También había otras más pequeñas que cruzaban la principal, algunas de ellas sin salida.
Paul do Mar
Paul do Mar
Cuando llegamos al final nos acercamos hasta la playa, donde había un pequeño muro antes de llegar a las rocas donde chocaban las olas del mar. Fuimos hasta el puerto donde vimos que había unas máquinas muy grandes trabajando. Esta zona no nos gustó tanto como las estrechas calles que acabábamos de recorrer. Viendo que en este extremo del pueblo no había mucho más por ver, desandamos el camino para volver al coche. En esta ocasión pasamos la iglesia para ir en dirección a la zona nueva del pueblo, pero sin llegar a ésta giramos por uno de los callejones para llegar de nuevo a nuestro vehículo.
Ponta do Sol
La última visita que teníamos planeada para el día de hoy era Ponta do Sol. Teníamos pensado pasar un rato en la playa de este pueblo, pero cuando llegamos y vimos que era de piedras cambiamos de idea. Hemos de reconocer que es una de las más bonitas de la isla, pero aparte de resultarnos incomodo tumbarnos encima de las piedras, pensamos que con Liam sería complicado. El pueblo de Ponta do Sol recibe este nombre porque es la localidad con más horas de sol de media al año.
Ponta do Sol
El pueblo es muy bonito, se extiende a lo largo de una zona llana a nivel del mar entre dos zonas montañosas. No quisimos desaprovechar la ocasión para recorrer este pueblo. Encontramos una calle llena de bares, que seguramente en unas pocas horas estaría bastante llena. Lo que más nos gustó estaba en el extremo este de Ponta do Sol. Aquí había una zona que se elevaba y se podía subir por una rampa. Nada más subir había un bar con una terraza con unas vistas inmejorables, sacamos unas pocas fotos justo al lado. El camino seguía para llegar a una zona rocosa, desde donde algunas personas se lanzaban al agua. Las vistas eran parecidas a las que habíamos visto desde el bar. Algunos de los bañistas se lanzaban desde zonas que parecían seguras, pero hubo unos chicos que se tiraron desde otra que nos pareció algo peligroso. Pasado un buen rato disfrutando de las vistas de este pueblo, decidimos volver al coche y empezar a pensar donde cenar.
Ponta do Sol
Ponta do Sol
Camara de Lobos
Vimos algunas recomendaciones para cenar en el restaurante O Polar, en el pueblo de Camara de Lobos. Saliendo de la autopista había que subir unas pocas calles alejándonos del mar. Sabíamos que por la zona iba a ser un lugar económico. Lo que no nos esperábamos fue ver que había otros muchos turistas que también habían leído las recomendaciones del lugar. Todavía no eran ni las ocho de la tarde y el local estaba lleno. Preguntamos y el camarero nos dijo que mínimo tendríamos que esperar una hora, también había otras dos mesas esperando. Decidimos irnos cerca del puerto, donde sería más caro pero donde había muchos restaurantes y no tendríamos tantos problemas para cenar.
Aparcamos en un parking que hay justo frente a la playa, que aunque era de zona azul, solo tuvimos que pagar 80 céntimos porque solo se pagaba hasta las ocho. Para nuestra sorpresa, toda esta zona estaba decorada por las fiestas de San Pedro. El tema de la decoración era el mar, había peces, medusas y algas entre otros. Lo mejor es que todo estaba hecho con elementos reciclados. Nos entretuvimos un poco con las decoraciones, sobre todo Liam que disfruto un rato corriendo entre lo que representaban ser las patas de las medusas.
Camara de Lobos
Camara de Lobos
Teníamos planificado visitar Camara de Lobos en los próximos días, así que no nos entrevimos mucho más en el resto del pueblo. Recorrimos los restaurantes de la zona y acabamos entrando en Casa do Farol. Aunque sabíamos que no sería muy económico, habíamos leído que se comía muy bien. Pedimos unas lapas, una espetada mista de pescado, unos mejillones y una ensalada de pulpo. Estaba todo muy bueno, con lo que recomendamos este lugar. También hemos de decir que con lo que pedimos no nos pareció tan caro, pagamos en total 43€.
Casa do Farol - Lapas
Casa do Farol - Espetada mista de pescado
Aunque nos quedamos con las ganas de recorrer Camara de Lobos, sabíamos que tendríamos ocasión en los próximos días. Por el momento, volvimos al apartamento que se encontraba a menos de veinte minutos. Al día siguiente no sabíamos que nos depararía el tiempo, solo esperábamos que hiciera buen día en algunas de las zonas que todavía nos quedaban pendientes.
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