Día 5 (15/07/2021) - Funchal

Funchal

A diferencia de los días anteriores, cuando despertamos teníamos claro que hoy íbamos a visitar la zona de Funchal que nos quedaba pendiente. Desde que llegamos a Madeira estuvimos esperando la fecha para hacernos la prueba PCR para la vuelta a casa. Ésta era gratuita ya que habíamos traído una negativa desde casa para entrar. La tarde anterior nos habían enviado un mail confirmado para Sergio hoy a las 16:00 y para Miriam al día siguiente a las 9:15. La idea era visitar hoy Funchal y después de comer ir al hospital para que Sergio se hiciese la prueba. Al día siguiente iríamos para la prueba de Miriam antes de empezar con las visitas. De todos modos enviamos un mail pidiendo que nos cambiaran una de las dos para hacerlas a la vez, pero todavía no nos habían respondido.

Para empezar decidimos aparcar cerca del mercado de los Lavradores, por donde queríamos empezar las visitas de hoy. Aparcamos en una plaza de zona azul y pusimos 2€ que era el máximo para dos horas de estacionamiento, tendríamos que volver más tarde a poner más dinero. Por el momento, fuimos a desayunar a Apetites Cafetería que está justo al lado de donde habíamos dejado el coche. Pedimos tres bolos de caco mistos y no pudimos resistirnos a probar un bolo de arroz, hacía días que los veíamos y queríamos probarlos. Junto con los cafés pagamos un total de 9,6€.

Mientras desayunábamos fuimos hablando con los dueños que eran muy simpáticos. Nos dieron algunos consejos, como dejar el coche en un parking privado que estaba a unos pocos metros y donde podríamos dejar el coche todo el día, además era más económico que la zona azul. También recibimos un mail mientras desayunábamos conforme a Sergio le cambiaban la prueba de PCR al día siguiente a las 9 de la mañana. Así que podríamos hacernos la prueba los dos a la vez al día siguiente por la mañana.

Mercado de los Lavradores

Todavía nos quedaba aproximadamente una hora de zona azul, así que fuimos al mercado de los Lavradores y ya volveríamos después a mover el coche. Sin quererlo entramos directamente en la zona donde vendían pescado. Recorrimos los diferentes mostradores, viendo algunos peces que conocíamos y otros que no pudimos reconocer. Sin lugar a dudas, el que más nos llamó la atención fue el pez espada. Éste no es como el que conocemos en España, es un pescado que solo se encuentra en la zona de Madeira. Es un pez largo y estrecho, que pudimos ver en todas las pescaderías. También es un pescado que pudimos probar en varias ocasiones y hemos de decir que está muy bueno.

 

Mercado de los Lavradores 2

Mercado de los Lavradores - Pez espada

 

Continuamos recorriendo el mercado y llegamos a otra zona con tiendas de souvenires. Por ahora solo miramos precios y seguimos hasta las fruterías. Aquí vimos gran cantidad de frutas y verduras, algunas de ellas desconocidas. Compramos unos plátanos y otra fruta y nos cobraron 12€. Nos pareció que era muy caro, pero ya nos habían avisado los dueños del bar donde habíamos desayunado que era caro.

 

Mercado de los Lavradores 4

Mercado de los Lavradores - Fruta

 

El mercado se puede recorrer en algo más de media hora. Subimos al segundo nivel y vimos más fruterías y algunas otras tiendas de alimentación. Desde arriba se veía gran parte del mercado, se ven la mayoría de tiendas que habíamos recorrido hacía apenas unos minutos. No tardamos mucho en bajar, pero antes de salir compramos un osito con una camiseta de Madeira para Liam, ya tenía su souvenir de este viaje. Vimos que se acababa la hora de la zona azul y fuimos a cambiar el coche al parking que nos habían recomendado, y así, poder seguir con las visitas.

 

Mercado de los Lavradores 6

Mercado de los Lavradores

Rua de Santa María

A continuación fuimos hasta la rua de Santa María. Vimos esta calle en nuestra primera noche en la ciudad y cenamos en uno de sus numerosos restaurantes. Tal como vimos días atrás hay gran cantidad de dibujos en las puertas y paredes de los locales, por este motivo, también se conoce a esta calle como "street art". En esta ocasión nos dispusimos a recorrerla y ver los dibujos con tranquilidad. A estas horas la mayoría de locales estaban todavía cerrados y se podían ver mejor la cantidad de pinturas que llenan la calle.

Había dibujos de todo tipo, algunos con muchos colores y otros en blanco y negro. También los había más infantiles y otros muy abstractos. Algunos nos gustaron más que otros y pasamos más rato observándolos. Liam también se entretuvo con algunos de ellos, sobre todo en los que aparecían animales. Había tantos y tan variados que pasamos más de una hora para recorrer la calle y llegar hasta la capella do Corpo Santo, una pequeña iglesia que había en una plaza.

 

Rua de Santa Maria 1

Rua de Santa María

 

Rua de Santa Maria 2

Rua de Santa María

 

A partir de aquí la calle empezaba a subir y había menos dibujos. Sin embargo, antes de llegar al final encontramos el que posiblemente fue nuestro dibujo favorito. Se trataba de una puerta con palabras escritas en portugués como tolerancia, sonrisa o generosidad. Pocos metros después llegamos frente a la igreja do Socorro. Estaba cerrada y no pudimos entrar, pero la fachada nos llamó la atención y nos detuvimos para sacar algunas fotos.

 

Rua de Santa Maria 5

Rua de Santa María

 

Igreja do Socorro

Igreja do Socorro

 

Frente a la iglesia había un balcón desde el cual se podía ver la bahía de Funchal. Nos asomamos para descubrir que abajo había una pequeña playa. Alrededor de ésta había escaleras que llevaban directamente al agua y plataformas que servían para poder lanzarse al agua. La zona estaba llena de rocas que llegaban hasta la zona del puerto.

 

Bahia de Funchal 2

Bahía de Funchal

 

Desandamos una parte del camino para visitar el Forte de Sao Tiago. Nada más ver el edificio nos recordó, aunque salvando las diferencias, al Palacio da Pena que habíamos visto hace algo más de un año en Sintra. No fue posible hacer la visita al fuerte, por lo que nos dijeron solo había visitas guiadas y por hoy ya no había ninguna. Nos limitamos a recorrer el patio interior que estaba abierto porque daba acceso a un restaurante que ocupaba parte del fuerte. También fuimos hacía la zona de la playa, donde había un paseo y desde donde pudimos ver el Forte de Sao Tiago al completo.

 

Forte de Sao Tiago 1

Forte de Sao Tiago

 

Forte de Sao Tiago 2

Forte de Sao Tiago

 

Una vez acabamos las visitas de esta parte de la ciudad, volvimos a la rua de Santa María que está llena de restaurantes. Miramos en algunos locales y acabamos por sentarnos en la terraza del restaurante O Piano. Tenían un menú por 9,95€ con bebida aparte. Pedimos una sopa de pescado y una focaccia de primeros y los dos pedimos un pez espada con banana de segundo. Sin darnos cuenta habíamos parado a comer justo al lado del Embaixador Madeirense, donde habíamos cenado la primera noche. La camarera nos reconoció y se acercó para saludar a Liam, sin duda el otro día se la había ganado. La chica estuvo unos minutos hablando con nosotros. Finalmente, pagamos 24,65€ por la comida y fuimos a ver las visitas que teníamos planificadas para la tarde.

 

Comida en O Piano 1

Comida en O Piano - Focaccia

 

Comida en O Piano 2

Comida en O Piano – Pez espada

Monte

Teníamos la tarde de hoy para visitar la zona de Monte. Para llegar se puede subir en un teleférico que está cerca de la rua Santa María. Pensamos que sería una buena experiencia para Liam, además, podríamos disfrutar durante unos minutos de las vistas de la ciudad desde las alturas. Aunque hay que decir que no es nada económico, pagamos 16€ cada uno por el billete de ida y vuelta, excepto Liam que al ser pequeño no pagaba. Lo bueno es que tal como imaginábamos, Liam se lo pasó en grande en el teleférico y las vistas eran impresionantes. Además, debido a las restricciones de la pandemia fuimos solos en la cabina.

 

Teleferico 2

Teleférico

 

Después de un trayecto de unos diez minutos en teleférico llegamos a Monte. El principal motivo de venir a esta zona era la de visitar los jardines. Antes de eso, decidimos caminar hasta la iglesia que está a pocos metros. Además, al llegar vimos que desde aquí salen los famosos carros de Funchal. Son unos pequeños carros parecidos a los trineos, pero en vez de llevados por perros estos se deslizan por las calles cuesta abajo. Dos señores acompañan a los turistas y van dirigiendo y frenando los carros con sus zapatos y sus suelas especiales.

 

Carros 1

Carros

 

Nosotros no acabábamos de ver claro subir a esos carros, además tampoco íbamos sobrados de tiempo. El último viaje en teleférico para descender salía a las seis de la tarde. Nos limitamos a subir los muchos escalones que llevan hasta Nossa Senhora do Monte. La fachada nos recordó a la igreja do Socorro que habíamos visto por la mañana. A diferencia de ésta, Nossa Senhora era más grande y estaba abierta, con lo que pudimos entrar unos pocos minutos y sacar algunas fotos.

 

Nossa Senhora do Monte 2

Nossa Senhora do Monte

 

Nossa Senhora do Monte 1

Nossa Senhora do Monte

 

Sin tiempo que perder nos dirigimos al Jardim Tropical Monte Palace, un gran jardín con muchas cosas por ver. Pagamos un total de 25€ para entrar y nada más ver el mapa vimos que no nos iba a dar tiempo de verlo al completo, al menos con tranquilidad. La entrada estaba en la zona alta, así que el camino de ida sería de bajada. Lo primero que vimos fue un pequeño museo donde había esculturas de varias civilizaciones africanas. La mayoría eran representaciones humanas, algunas de cuerpo entero y otras solo de la cara.

 

Jardim Tropical Monte Palace 1

Jardim Tropical Monte Palace

 

En el mapa se proponían varias rutas, la más larga duraba unas dos horas y no teníamos tanto tiempo. Decidimos hacer una ruta combinando tramos de algunas de las propuestas, que incluía los puntos que más nos interesaban. De estos lugares los que más nos llamaban la atención eran los dos jardines japoneses. En pocos minutos llegamos al que se encuentra en la zona alta. Lo primero que vimos fue un grupo de estatuas vestidos con armadura samurái. También había un torii y un puente de madera, ambos de color rojo. Había otras estatuas de piedra y lámparas al puro estilo japonés. Incluso había una figura de piedra en forma de pagoda. También encontramos un pequeño estanque con unas piedras por las cuales se podía cruzar.

 

Jardim Tropical Monte Palace 3

Jardim Tropical Monte Palace

 

Jardim Tropical Monte Palace 4

Jardim Tropical Monte Palace

 

Seguimos descendiendo por el Jardim Tropical Monte Palace para llegar a un estanque muy grande. En éste había un par de islas pequeñas a las que se podía acceder por un puente. En uno de los laterales había una cascada, a la cual se podía llegar bordeando el estanque. Llegamos hasta la parte más cercana a la cascada y nos mojamos con las salpicaduras del agua al caer en el estanque.

 

Jardim Tropical Monte Palace 5

Jardim Tropical Monte Palace

 

Jardim Tropical Monte Palace 6

Jardim Tropical Monte Palace

 

Rodeamos por detrás el palacio del jardín, el edificio que le da nombre. Había unos soportales muy bonitos donde encontramos nuevas estatuas. Cuando llegamos a la zona delantera descendimos por unas escaleras para poder ver el edificio al completo.

 

Jardim Tropical Monte Palace 7

Jardim Tropical Monte Palace

 

En este lugar se encuentra el segundo jardín japonés. Este volvía a tener estructuras de madera de color rojo, como un torii y una pequeña pagoda. También había un largo estanque donde no podían faltar las carpas. Como en el anterior, había un buen número de figuras de piedra, algunas de ellas con forma de pagoda y linternas japonesas. Estas zonas nos gustaron mucho, aunque no llegan al nivel de los mejores jardines japoneses que habíamos visto unos años atrás.

 

Jardim Tropical Monte Palace 9

Jardim Tropical Monte Palace

 

Íbamos un poco justos de tiempo pero decidimos llegar hasta el final del jardín. Aquí había una réplica de casa típica madeirense, pero no tenía nada que ver con las que habíamos visto en Santana. Desde aquí se veía una calle por la que pudimos ver descender a varios carros. La verdad es que cogen mucha velocidad. Quedaba una media hora para que saliese el último teleférico, así que emprendimos el camino a la salida del Jardim Tropical Monte Palace. Tuvimos que ir un poco rápido porque el jardín es bastante grande y estábamos en el punto más alejado. Finalmente, llegamos al teleférico con diez minutos de margen. Por lo visto al ir con un niño pequeño teníamos preferencia y nos saltamos la cola para subir a una de las cabinas.

 

Carros 2

Carros

Funchal

Antes de ir a por el coche volvimos al mercado de los Lavradores. Queríamos comprar los recuerdos del viaje y fuimos directos a una de las tiendas donde vimos mejores precios. Compramos imanes para la familia y amigos, así como una figurita para nuestra colección, gastando en total 30,65€. Después fuimos a buscar una cafetería donde poder merendar y entramos en Pau de Canela. Tenían un mostrador con gran variedad de dulces. Pedimos un pastéis de nata, un pao de deus y dos cortados o garotos como los llaman aquí. La repostería portuguesa nos había enamorado el año anterior cuando visitamos Lisboa y Oporto, ahora en Madeira no iba a ser menos. Para nuestra sorpresa nos cobraron solo 4€, pensábamos que al estar en esta zona sería más caro.

 

Merienda

Merienda

 

El parking donde habíamos dejado el coche cerraba en pocos minutos y fuimos a buscarlo. Pagamos 5,9€ por aproximadamente ocho horas. Habíamos visto todo lo que teníamos planificado, así que volvimos al apartamento. Después de dejar el coche fuimos a dar una vuelta por la zona para ver donde podíamos cenar esta noche. Después de ver un par de sitios donde podríamos cenar bien de precio fuimos al Jardim de Santa Luzia que estaba cerca y todavía no habíamos visitado. Dentro había un parque infantil y fuimos para que Liam jugase un rato. Llevábamos apenas unos minutos cuando un señor nos dijo que iban a cerrar el parque. Apuramos un poco el tiempo, hasta que vimos que las últimas personas salían por la puerta de los jardines.

 

Jardim de Santa Luzia

Jardim de Santa Luzia

 

A continuación fuimos a cenar al Snack Bar París. Pedimos unas lapas como ya habíamos pedido varias veces en este viaje y que nos habían gustado mucho. También pedimos una tortilla francesa para Liam y dos bolos de bife de ternera con huevo. Para beber pedimos una poncha para probar este típico licor de Madeira, estaba un poco fuerte pero no estaba mal. Pagamos un total de 17,6€ por la cena, se notaba que esta no era una zona turística. Hoy habíamos caminado mucho, así que cuando acabamos de cenar fuimos directos al apartamento a descansar. Al día siguiente teníamos que estar pronto en el hospital para hacernos la prueba PCR.

 

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